trenloko escribió:Lo más probable es que sea de la gráfica
Sí y no, me explico.
Es evidente que es cosa de la gráfica que no puede gestionar toda la información. Eso es algo que ocurre en equipos con bajos recursos.
Pero a veces ocurre algo extraño en OR, como a mí también me ha pasado eso de que de repente desaparezca la vía, muchos objetos o edificaciones, etc. A raíz de ese extraño fenómeno que no debería de ocurrir ya que en el equipo principal uso una gráfica de gama media - baja del año pasado con 8 gb de VRAM, la cual es más que suficiente para gestionar el juego a los ideales 60 FPS; pero lo cierto es que ocurre, de manera esporádica y aleatoria en casi todas las rutas con las que suelo jugar.
Para averiguar que es lo que estaba pasando, suelo correr OR con el programa de monitorización Afterburner (
https://www.msi.com/Landing/afterburner/graphics-cards) y puedo mirar en tiempo real muchos parámetros tanto de la gráfica como del procesador: temperaturas, porcentaje de uso, velocidad de ventiladores, FPS, etc.
Bien, pues resulta curioso que si durante el juego se está utilizando, por término medio y dependiendo de la ruta o actividad un 15% del procesador y un 25% de la gráfica y el juego corre perfectamente a los 60 FPS, de repente puede ocurrir que el uso del procesador caiga hasta el 5% y el de la gráfica hasta el 10%, en ese momento, desaparece la vía, los objetos etc y aunque el tren sigue su marcha y, al cabo de un rato vuelven a su porcentaje normal el uso de CPU y GPU y reaparecen todo lo que se había esfumado.
Es evidente que no es problema de la gráfica o el procesador ya que tienen suficiente potencia, al contrario que en equipos más antiguos con los que he probado en los cuales OR no va muy fino porque el hardware no puede y funciona cerca del 100% tanto CPU como GPU.
Como conclusión sólo he podido suponer, y sólo suponer ya que no soy un experto, que este problema sea debido a OR que no gestiona bien los recursos de hardware, o que sea una de esas extrañas pirulas a las que Windows nos tiene acostumbrados.
Eterno aprendiz de todo aquello que llama a la puerta de mi natural curiosidad.
La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
La perseverancia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces.